Cuando una empresa decide abrirse al exterior, los motivos pueden ser varios: crecer, diversificar, abaratar costes, compensar la caída de la demanda del mercado doméstico o lamentablemente la supervivencia de la empresa. Muchas empresas tienen razones «reactivas» y escasos comportamientos «proactivos» que aseguren el éxito de la salida al exterior, un camino de largo recorrido. Por ello, es aconsejable realizar previamente un Diagnóstico del Potencial de Internacionalización de la empresa que nos guiará hacia los siguientes pasos de forma segura y firme.
Los beneficios de la internacionalización son numerosos pero no vamos a tratarlos hoy aquí. Si me gustaría, enumerar alguno de los retos para precisar las razones por las que el Diagnóstico del Potencial de Internacionalización es un paso previo de obligado cumplimiento.
- Es difícil entrar en nuevos mercados sin conocimiento de los mismos y diferenciar nuestro producto en el mercado de destino con respecto a la oferta local.
- Fragmentación de los mercados: se requieren soluciones completas y productos capaces de satisfacer nichos, más especializados y con mayor valor añadido. ¿Qué pide el mercado? ¿Qué ofrece la competencia local?
- Capacidad de adaptación de la empresa a las necesidades del nuevo mercado. Muchas empresas infravaloran la importancia de que toda la empresa esté orientada al nuevo entorno competitivo.
En resumen, el Diagnóstico del Potencial de Internacionalización de la empresa nos ayudará a preguntarnos y responder estas cuestiones:
- ¿Estoy preparado para iniciar el proceso de internacionalización? Y si todavía no lo estoy, ¿qué tengo que hacer previamente? ¿Con qué costes? ¿Puedo asumirlos?
- ¿En qué mercados voy a entrar? ¿Con qué estrategia? ¿Con qué costes? ¿Puedo asumirlos?
- ¿Mi producto es competitivo en el mercado objetivo? ¿Tengo algo nuevo, que aporta más valor o mejores costes que la oferta local?
Aunque todas las empresas son a priori «internacionalizables» es conveniente que se haga el ejercicio de sopesar si estamos preparados, si es el momento, si tenemos el producto y si sabemos las razones por las cuales elegimos un mercado.
Una vez concluido el Diagnóstico del Potencial de Internacionalización, estaremos preparados para adoptar el método de entrada adecuado al producto y la empresa en función de las características del mercado objetivo elegido. Siempre aconsejo empezar por el más accesible.
Existen diferentes modalidades de entrada que detallaremos en próximos post:
- Exportaciones directas
- Exportaciones indirectas
- Acuerdos de colaboración
- Inversiones en el país de destino (filiales, delegaciones comerciales, implantaciones industriales, etc.)
Es pues el DPI una herramienta muy eficaz para definir la ruta hacia el exterior de manera clara y poder planificar nuestra estrategia posterior con visos de éxito.